¿Qué está pasando con el Té en el Perú?
CUSCO
Margarita Hishikawa
6/12/20243 min leer


En la Provincia de La Convención en Cusco, a cuatro horas y media de camino desde el centro del ciudad inca, viajando en auto, bus o camión por una carretera sinuosa que sube hasta los más alto, para cruzar el Abra Málaga a 4316 m.s.n.m., y luego empezar el camino de descenso por un hermoso valle verde, está Huayopata, la actual capital nacional del Té.
Actualmente, cuando hablamos de té peruano, hablamos básicamente de Huayopata que es de donde sale el 80% del té que se produce en el Perú. También hay té en las faldas de las montañas de Machupicchu en Cusco, en los bosques entre Huánuco y Tingo María y en un pequeño sector de Ucayali. Hoy se suma la gesta de una pequeña producción de té en nuevas zonas en los departamentos de Pasco y Junín.
Un poco de historia.
El Té llega a Huayopata, específicamente al Valle de La Convención en 1913 con las primeras semillas traídas desde Japón. Hay algunas leyendas que cuentan la manera cómo llegaron las primeras semillas, pero la historia oficial es que fue gracias a Benjamín De La Torre, entonces senador de la República del Perú, quien realizó gestiones con el entonces cónsul de Perú en Yokohama, Japón, tras lo cual se embarcaron las primeras semillas de Camellia Sinensis en el Anyo Maru con destino al Perú.
El Perú produce té desde hace más de 100 años, sin embargo la industria, principalmente aquella destinada a producir saquitos de té, ha ido en constante descenso año tras año debido a diversas circunstancias, pero primordialmente a causa del cada vez menor precio del té como commodity.
El nuevo té peruano
A pesar de las circunstancias adversas que rodean la industria del té, ha surgido en los últimos años un pequeño grupo de productores artesanales que han iniciado el camino a la revalorización de la hoja de la Camellia Sinensis apostando por el té de especialidad. Son los herederos de los teales del valle que hoy han visto en el té artesanal la puesta en valor de la hoja. En algunos lugares le dicen té gourmet, en otros té de alta gama. Lo cierto es que se trata de un té de hebra entera, cosechado y elaborado con procesos manuales o semi manuales, y que ha demostrado, gracias a las evaluaciones de catadores especializados en té y con su participación en diversos eventos de competencia, que el té peruano posee un enorme potencial para convertirse en un valioso representante del té de especialidad de la región, y por tanto en un producto de orgullo nacional.
¿Qué hace especial al té de Huayopata en particular, y el té peruano en general? Fundamentalmente el terruño.
En el mundo del té es sabido que la calidad depende de varios factores, entre los que está la genética de la planta y el terruño. Y cuando hablamos del terruño, la zona de Huayopata ha sido privilegiada con sus 8 pisos ecológicos con una flora variada que sirven de sombra y alimento que enriquece sus terrenos, clima subtropical de selva alta, y teales a diferentes altitudes que van desde los 1200 m.s.n.m. a 2500 m.s.n.m., haciendo de todos estos factores que la planta del té tenga particularidades que se expresan virtuosamente en la infusión.
Los productores artesanales han emprendido el camino del mejoramiento de sus procesos de elaboración mediante capacitaciones técnicas y este año 2024 uno de los tés de Huayopata logró el primer lugar en la categoría de tés blancos en la 3ra. Competencia de Tés Artesanales de Sudamérica organizada por Pei Chen, Academia de la Cultura Asiática del Té, donde participaron más de 30 tés en sus 6 variedades provenientes de 5 países de la región.
El gran reto es que todos estos tés artesanales de especialidad que hoy se producen en ese valle bendecido llegue a las ciudades de todo el Perú y a las tazas de los bebedores de té. El camino es largo aún. Con mucho que aprender y mucho por mejorar, pero la maquinaria ya se echó a andar.
